
The person's hand pointing at the hovering countries' flags with binary numbers.

El equilibrio de opiniones ideológicas en los medios de comunicación debería de ser uno de los criterios para medir la calidad de la democracia. Sin embargo, esa no es la realidad en ningún país del mundo. Se acepta que los medios de comunicación jueguen siempre con uno o algunos de los contendientes partidarios.
Las opiniones más favorecedoras del status quo tienen una privilegiada aparición en los medios. En la inmensa mayoría de los países del Mundo juegan a favor de las opciones defensoras de los intereses de las élites empresariales, por tanto apoyan de forma más o menos disimulada o descarada de las opciones de derecha y centro derecha
Los medios de comunicación desempeñan un papel importante en la democracia. Deben proporcionar información precisa y equilibrada sobre los acontecimientos políticos. Esto es esencial para que los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas sobre sus representantes. Aunque hay un consenso con estas afirmaciones, esto no ocurre.
Por eso es clave que se avance hacía la democratización de la propiedad de los medios: en lugar de estar concentrada en unas pocas manos, la propiedad de los medios de comunicación se debe distribuir de manera más equitativa, permitiendo una diversidad de voces y perspectivas en el panorama mediático. Esto evitaría la monopolización de la información y fomentaría la pluralidad de opiniones.
Además es necesario facilitar el acceso a los medios de comunicación a la población independientemente de su condición socioeconómica lo que implica proporcionar infraestructura y servicios de telecomunicaciones adecuados, y más en concreto facilitar a organizaciones sociales como ONGs y movimientos ciudadanos la financiación y el espacio televisivo o radiofónico para lograr que estos medios puedan competir con los de las empresas privadas.
Por eso en algunos países se ha planteado la aprobación de las leyes de los 3 tercios, un tercio de los medios serían de titularidad privada, es decir empresas que normalmente defienden el status quo socioeconómico; un segundo tercio de medios serían públicos que podrían y deberían tener códigos y reglas para la representación equitativa de las fuerzas políticas según su fuerza o como en ocurre en otras partes del mundo, ser el altavoz del gobierno de turno; y finalmente un tercer tercio en manos de ONGs y movimientos sociales que defienden los intereses de los más desfavorecidos y las mayorías sociales. En estos medios se alentaría la participación ciudadana en la producción y distribución de contenido mediático que podría incluir la promoción de la ciudadanía mediática, la participación de minorías, de los derechos sociales, del medio ambiente, etc.
El gran reto actual está en el crecimiento y vigor de los medios comunitarios y locales que pueden aprovechar la herramienta de Internet como plataforma de distribución de contenidos escritos, audiovisuales y sonoros que representan los intereses y las necesidades de las mayorías sociales y de comunidades específicas (personas en exclusión social, con discapacidad, ecologistas, LGTBI, feministas, ecologistas, etc).
Pero también se requiere de financiación para promover la visualización de estos contenidos y mejorar su posicionamiento con respecto a la propaganda y fake news que desde el populismo extremista de derechas y de otros actores que se mueven en Internet en defensa de los privilegiados.
Internet está sustituyendo a los medios tradicionales. En gran parte es una buena noticia porque la Red ha facilitado los medios para llegar a la población desposeída, a los movimientos sociales, ecologistas y en general a los defensores de Otro Mundo. Pero los últimos años también han visto un resurgimiento del Odio provocado por el fascismo del siglo XXI promocionado y financiado por las élites económicas. En Internet tiene más visitas el que más dinero tiene, por tanto la hegemonía de la Derecha continua. La falta de financiación de medios de la izquierda sigue consiguiendo que Internet sea un medio más hegemónicamente dominado por las opciones defensoras de las élites económicas.
Desde las administraciones públicas deben de financiarse aquellas voces que defienden a las mayorías sociales, debe de consolidarse un bloque de entidades y empresas sociales que trabajen en dar voz a las mayorías sociales que actualmente están clara desventaja en todos los medios de comunicación (Internet, TV, radio, prensa escrita, etc).