
Si miramos al pasado, podemos ver que el Capitalismo ha logrado implementar sistemas para provocar la escasez
La más conocida de estas viejas estrategías posiblemente sea la obsolescencia programada que consiste en diseñar productos con una vida útil limitada para obligar a los consumidores a adquirir nuevos productos con mayor frecuencia. Cuando la tecnología permitió que los bienes de consumo durasen mucho, la empresa capitalista pensó que eso no era bueno para sus negocios, por lo que aplicaron acuerdos semi secretos para provocar la escasez, en este caso abortando la abundancia de tiempo en la duración del producto que vendían. La obsolescencia programada sigue siendo una estrategía comercial muy usada en nuestros días y provoca la generación de millones de toneladas de residuos y de emisiones de CO2.
La anécdota de Morgan Stanley y Tesla es ilustrativa de esta lógica. El banquero le preguntó retóricamente al físico cuando este le propuso que su invento podría producir energía gratuita y para toda la Humanidad: ¿Energía gratis y para todo el mundo? Y entonces ¿cómo gano dinero? Morgan dejó de financiar las investigaciones de Tesla sobre el transmisor amplificador y el sistema inalámbrico mundial
La anécdota revela la profunda incompatibilidad entre el modelo de negocio capitalista y la posibilidad de una sociedad basada en la abundancia.
Para construir un futuro más justo y sostenible, es necesario explorar nuevas formas de organizar la economía y la sociedad, que pongan en el centro el bienestar humano y la protección del medio ambiente, no la persistencia de un modelo que pone en primer plano de prioridades el lucro de la clase rica y empresarial.